El cuaderno de opinión de Antonio Balsalobre

Otros escenarios

¿Qué tal está yendo el apocalipsis?, le preguntaron a Feijóo tras su fallido intento de investidura. Y el gallego mandó a sus once barones territoriales al Senado para que lo explicaran en un gran mitin. María Guardiola, la extremeña que no iba a pactar con Vox para ser presidenta porque se lo impedía su dignidad, fue muy explícita: “Sánchez será el futuro presidente de las cenizas de España, por querer llevarla al abismo”. Miras, que tampoco iba a pactar con la ultraderecha, no sé si por las mismas razones que Guardiola, se unió a la mêlée con un “!Ya está bien!”. Y Ayuso profetizó, haciendo sonar las 7 trompetas, que dentro de poco ya no habrá ni españoles.

Afortunadamente, caben otros escenarios menos tremendistas para el futuro de España. Las conversaciones para la investidura de Sánchez no están siendo fáciles y puede que se encuentren en un punto crítico, pero también podrían alumbrar algo bueno. Unos acuerdos, por ejemplo, con renuncia implícita a la unilateralidad por parte de los independistas, que sirvan para encauzar el conflicto territorial.

Va en el interés general de España, nos pongamos como nos pongamos, la mejora de la convivencia entre los catalanes, pero, y sobre todo, entre Cataluña y el resto de España.

Feijóo versus Sánchez

No me digan que el jefe de la oposición no se parece cada día más al Caballero de la Triste Figura. Sin ánimo de ofender. Solo a título de apodo literario.

Lo diré sin rodeos. Me da que a Feijóo le falta empaque político. Estatura de hombre de Estado. Como si no diera la talla para lo que se le requiere. ¿Acaso la tiene Sánchez?, me pregunta el hombre que siempre va conmigo. Pues, mira por dónde: Sí. No hay más que ver su manual de resistencia y cómo se desenvuelve como presidente de la Comisión europea y en las cumbres internacionales. Feijóo es otra cosa. Parece que se encontrara perdido entre las brumas del norte. Es verdad que Galicia le cabía en la cabeza; no está tan claro, sin embargo, que le quepa España en su conjunto, con toda su complejidad.

El apodo de Caballero de la Triste Figura se lo puso Sancho a Don Quijote tras contemplar que tenía mala cara: tal vez por “el cansancio de este combate”. Al presidente del gobierno en funciones lo llamaría, sin vacilación alguna, el Caballero de los Leones.

Parece que le sobraran fuerzas para lidiar, como el manchego en esa contienda con las fieras, con la adversidad.

Pepe Lucas

Tengo un recuerdo para Pepe Lucas paseando el martes, tras enterarme de que nos ha dejado, entre palmeras, falsas pimientas, pinturas y versos, por el Paseo de Cieza: su “Paseo”. A lo largo de algo más de 300 metros, caminó sobre una obra pictórica única, de trazo enérgico y colores ardientes, sin parangón en ningún otro lugar de nuestra geografía. Ya lo dijo Díez de Revenga, “pintura fuerte y expresiva para recibir los pasos del caminante que se aventura por esta calle del pueblo”. Aquí encuentro, una vez más, el expresionismo de la más pura tradición hispana salpicado de versos escogidos. Las tendencias pictóricas más vanguardistas asimiladas y reinterpretadas por un pintor de “actividad incansable, creatividad indómita y mirada singular”.

De aquel muchacho de Cieza que bajó con una maleta de cartón en la Estación de Atocha para comerse Madrid en los años sesenta, del pintor “confeccionado con la mejor fibra de la edad”, del que supo hermanar como pocos poesía y pintura, hablaremos en otro momento.